
Gustavo Bueno
Música y filosofía.
Conferencia transcrita por Demetrio Pérez Fernández y Aurelio M. Seco, Codalario, nº 4 (2016), 80-83 páginas
Conferencia pronunciada por Gustavo Bueno el 20 de mayo de 2003 en el Cine Marvi de la localidad asturiana de Tineo.
El tema propuesto al profesor Bueno dentro del II Ciclo de música en IES de Asturias, organizado en su día por Aurelio Martínez Seco, parecía en principio bastante raro dentro de su campo de interés, aunque desde un primer momento Gustavo Bueno sorprendió a los asistentes con la confesión de que lo que a él le hubiera gustado ser, en realidad, es músico. Fue una de sus principales aficiones que, por problemas de incompatibilidad, tuvo que dejar de lado. En los momentos iniciales de la charla se acordó de los dos pianos de su casa de Llanes, que usaba cuando su trepidante labor intelectual como filósofo, articulista, prologista, conferenciante, etc, se lo permitía. Bueno dedicó parte de su tiempo a la música, un campo al que dedicó algunas conferencias, la mayoría conservadas en video y publicadas en la web de la fundación que lleva su nombre. El contenido de la que publicamos es inédito y, por ello, especialmente valioso.
Su exposición comienza de una manera general, planteando los problemas de un modo sistemático, y pasando a explicar qué es lo que el enunciado titular de la conferencia encierra: «Filosofía y Música» está planteando una relación lógica entre dos clases booleanas. De esta manera, comienza utilizando la teoría de las «definiciones implícitas» del matemático David Gilbert, es decir, aquellas definiciones de términos que se definen por su relación con otros términos. Así, trata de elaborar una definición de «música» que valga para todas las escuelas, etc., una definición «poco comprometida»: «para que haya música debe haber sonidos, un discurso de sonidos dispuestos sucesiva y transversalmente, aunque en música sintética se introducen sonidos infraumbrales, que no se oyen pero que forman parte de la obra, con los que, para mí, sí que se debe contar. De esta manera, música se puede definir como sonidos que se desarrollan en el tiempo, desde el punto de vista del compositor». Incidiendo en la idea de aburrimiento de la música «seria» o «clásica» dice: «La persona que dice que no le gusta la música clásica, no es que no le guste, es que ¡no la entiende!, es necesario un trabajo previo de conocimiento del tiempo y la sucesión o duración, y una escucha constante de la obra, y este interés por la obra se obtiene de manera innata o estudiando, ¡trabajando! Al que no le guste un cuarteto de Beethoven –dice- ¡peor para él!, ¡que lo estudie!.»