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Conrado del Campo y Zabaleta 1878-1953

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Conrado del Campo (Madrid, España) fue compositor, violinista, violista y director de orquesta, así como miembro relevante en la fundación de la Orquesta Sinfónica de Madrid en 1904 de la que fue vicepresidente.

A los seis años, se adentra en el estudio de la música como integrante del coro de las Reales Escuelas Pías de San Antón, destacando por su intachable voz blanca de registro agudo, así como una innata musicalidad. En 1889, ingresa en el Conservatorio de Madrid, donde obtiene el Primer Premio de Solfeo en 1890. Así, inicia sus estudios de violín con Luis Amato, los cuales perfeccionó de forma autodidacta con José del Hierro y Jesús de Monasterio, ambos docentes en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Además, recibe lecciones de Armonía de Pedro Fontanilla y de Composición por Emilio Serrano, siendo influido significativamente por los compositores Ruperto Chapí y Pablo Casals. En 1899, obtiene el Primer Premio de Composición con su obra Entre las ruinas, dirigida por Tomás Bretón.

Paralelamente, emprende el ejercicio de violista y violista desde una edad temprana, debutando en 1895 dentro de la Sociedad del Cuadro Activo del Centro Español. Integra la Orquesta del Circo de Colón y de los teatros Príncipe Alfonso y Apolo, y además forma parte de la Orquesta del Teatro Real, donde permaneció como viola solista hasta su disolución en 1926.

En 1903 constituye el Cuarteto Francés en el que participa como viola junto a los violinistas Julio Francés y Odón González y el violonchelista Luis Villa. Esta agrupación experimenta la incorporación del pianista Joaquín Turina, estableciéndose en 1919 el Quinteto de Madrid. Posteriormente, participará en la Agrupación de Unión Radio, realizando una importante labor hasta el inicio de la Guerra Civil. Por otro lado, desempeñó un importante trabajo de crítica musical durante largos años en el diario El Alcázar de Madrid.

Así pues, su figura es relevante en la fundación de la Orquesta Sinfónica de Madrid en 1904, participando posteriormente como redactor en los programas de concierto y ejerciendo la vicepresidencia. En 1911, el éxito de las óperas de sus compositores predilectos Richard Strauss y Richard Wagner, El ocaso de los dioses, Salomé y Tristán e Isolda propició la creación de la Asociación Wagneriana Madrileña, de la que fue socio fundador.

En el ámbito docente, gana por oposición en 1915 la cátedra de Armonía del Conservatorio de Madrid (años después la cátedra de Composición recibiría su nombre como homenaje póstumo), así como un premio otorgado para cuarteto de cuerda. Su actividad docente tuvo una gran influencia en numerosas oleadas musicales. Impartió las asignaturas de Armonía, Contrapunto, Fuga y, desde 1921, Composición, pasando por sus aulas Bacarisse, Bautista, Jacinto Guerrero, Ángel Barrios, Moreno Gans, Remacha, Argenta, Casal, Moraleda, García Leoz, Enrique Franco y Cristóbal Halffter, entre otros. En estos años, con los profesores Pérez Casas y García de la Parra, fundó la Sociedad Didáctico Musical, entidad orientada a la educación musical profesional.

Como compositor, Conrado del Campo dispone de diecisiete obras sinfónicas, doce cuartetos de cuerda, tres misas y siete composiciones corales, con más de veinticinco canciones de concierto, incluyéndose zarzuelas como La Malquerida (1939), Lola, la Piconera (1950) y El Burlador de Toledo (1965), incluyéndose también música incidental y otras obras como Jardines de Madrid e Impresión castellana.

Durante su vida obtiene la distinción de académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, así como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio (1946).