
Michel Pignolet de Montéclair
Principes de Musique
Chez l'autor, Paris 1736, 133 páginas
«A Vuestra Alteza Serenísima, Monseñor y Príncipe de Carignan:
Mi Señor, No creí que pudiera asegurar mejor el éxito del trabajo que me tomo la libertad de ofrecer a Su Alteza Serenísima, príncipe aficionado e impulsor de las Bellas Artes. La Real Academia de Música nunca ha brillado tanto en la capital francesa, desde que Vuestra Alteza Serenísima se declaró protector de la misma. Ella siente a diario los beneficios de su buen hacer. ¡Eh! ¿Quién puede mejor que yo dar testimonio de la verdad? Solo a usted, Mi Señor, le debo toda la gracia que Jefté pueda haber depositado en mí. La novedad en el género del teatro lírico ha supuesto un obstáculo insuperable tras doce años. Estaba reservado para que S.A.S triunfara. Esto es, mi señor, aquello que me emociona a reaparecer bajo los auspicios que tanto me han encantado. Este reconocimiento hacia mí revive mi celo, y mis primeros éxitos me han hecho estar seguro. No se necesita más, Mi Señor, que, desde el más profundo respeto, rogarle contemple este homenaje y me responda favorablemente».
Tratado dividido en cuatro partes: la primera parte, contiene todo lo perteneciente a la entonación; la segunda parte, todo aquello que se contempla sobre la medida y el movimiento; la tercera parte, la manera de unir la letra a las notas y de la buena y agradable formación del canto; la cuarta parte, es el resumen de un nuevo sistema de Música, por el cual su autor muestra que, cambiando algunas cosas en la manera de observar la Música, el estudio y la práctica serán más asequibles.