Juan Bermudo
Declaración de instrumentos musicales
Facsímil de los cinco libros, Juan de León (ed.), impresor de libros de la insigne Universidad de Osuna, Osuna 1555, 302 páginas.
La Declaración de 1555 está formada por cinco libros: el libro primero versa principalmente sobre la estética de la música (qué es y para qué sirve la música); los tipos existentes de música; las ideas y opiniones de los antiguos y de los escritores doctos de la iglesia, así como la información transmitida por ellos y por la Biblia; por último, en los capítulos 18 y 19 añade avisos para cantores y «los que rigen el coro».
El libro segundo trata de «los primeros rudimentos y elementos de la música para los que han de saber cantar todo canto y tañer instrumentos musicales», incluyéndose materias como el compás, el tiempo perfecto e imperfecto y las proporciones (capítulos 20-35); el «monachordio» (capítulos 26 y 27), que aparentemente quiere decir «teclado» en Bermudo; «los modos naturales y accidentales» (capítulos 28 y 29); la vihuela, guitarra, bandurria y rabel. En este libro cita Bermudo los nombres de los más destacados vihuelistas contemporáneos de su tiempo, tales como Narváez, Mudarra, Valderrábano y Fuenllana.
En el libro tercero, Bermudo aborda la cuestión del canto llano y los modos (capítulos 14-18), así como del canto de órgano, repasando las proporciones y mensuraciones; finaliza en el capítulo 50 con una serie de curiosidades, bajo el título «De ciertas preguntas en música».
El libro cuarto trata «el modo de tañer profundísima y ciertamente todo género de instrumentos de tecla y cuerda», teniendo en cuenta problemas de los tañedores de instrumentos de tecla como la ornamentación, la digitación, la entonación, el cifrado (capítulos 41, 42 y 53) y la aplicación de la música ficta (capítulos 47-51); cita como los más importantes tañedores de tecla a Pere Alberch Vila, Francisco de Soto y Antonio de Cabezón. Desde el capítulo 54 al 92 de esta cuarta parte de la Declaración, Bermudo profundiza en los problemas de la vihuela y la guitarra, la bandurria y el arpa, especialmente en lo referente a la afinación y al cifrado.
El capítulo 93, «De cinco preguntas comunes en música», al igual que el último capítulo del libro tercero es una miscelánea de asuntos variados. (Gracias a este cuarto libro se sabe que Juan Bermudo construía órganos).
El libro quinto incluye, a modo de introducción, una carta muy entusiasta de Cristóbal de Morales, fechada el 20 de octubre de 1550, en la que recomienda al lector la obra de Bermudo. Se compone de un estudio sobre composición musical e incorpora capítulos sobre «los modos o tonos», «cosas [que] se requieren para puntar canto llano», «contrapunto», «consonancias» y «disonancias» y termina en el capítulo 33, como en los libros anteriores de la Declaración, con el apartado «De ciertas preguntas en música».
La intención original de Bermudo fue haber publicado un sexto y un séptimo libros, pero no pudo llevarlo a efecto. El contenido de la Declaración de instrumentos musicales reviste una extraordinaria importancia para la historia de la música renacentista, ya que Bermudo entendió la música en todas sus facetas y al mismo tiempo estuvo perfectamente informado de todo lo que acontecía en su época. Por sus juicios y apreciaciones estéticas, cabe considerar a Bermudo un autor renovador y avanzado, que mira hacia el futuro sin temor alguno.