Philip Letts
Musical Works: Category and Identity
Tesis Doctoral (Catherine Abell y Julian Dodd Supervisores), University of Manchester, Faculty of Humanities 2013, 238 páginas
El objetivo de esta tesis es aumentar nuestra comprensión ontológica de las obras musicales de dos maneras. Aumentaremos nuestra comprensión de su naturaleza categorial y comprenderemos en qué consiste la identidad de cada obra musical. En el capítulo 1, se presenta la pregunta básica de la tesis: ¿en qué consisten las obras musicales? Esta pregunta se divide en cuatro preguntas separadas que guían la estructura y el argumento de la tesis. Una cuestión pregunta si existen obras musicales, la otra pregunta acerca de la categoría ontológica a la que pertenecen las obras musicales. En la primera mitad de la tesis, sostiene que las obras musicales existen y que la mejor explicación de sus características se da asignándolas a la categoría de universales. Aboga por esta conclusión al elaborar y defender una visión según la cual las obras musicales son propiedades. Luego muestra que esta concepción es superior a los rivales más fuertes. Un rival toma las obras musicales como individuos históricos (Rohrbaugh 2003). El otro los toma como acciones de composición (Davies 2004). En el capítulo 6, pasa a dos preguntas sobre la identidad. Una pregunta se refiere a los criterios de identidad para las obras musicales, la otra a una explicación de la identidad de la obra musical. En lo que queda del capítulo 6, sostiene, refiriéndose a intuiciones contextualistas, que una visión superficialmente atractiva, el sonicismo, es problemático. La crítica del sonicismo se utiliza para extraer ciertas suposiciones contextualistas que nuestra ontología de la música debería explicar. En el capítulo 7, examina una familia de propuestas contextualistas levinsonianas. Sostiene que las formulaciones originales (Levinson 1980) dan resultados incorrectos, y que los intentos de modificarlas (Davies, S: 2001) caen en la oscuridad, o socavan los objetivos del proyecto (Levinson 1992). Termina el capítulo 7 presentando la teoría del rendimiento de una manera más favorecedora. Sostiene que como teoría de la identidad del trabajo musical, la teoría de la performance es la mejor en el mercado porque supera los problemas asociados con los puntos de vista levinsonianos y profundiza nuestra comprensión de las intuiciones contextualistas. En el capítulo 8, presenta una descripción de la ontología de la música que integra la teoría de la propiedad de la categoría con la teoría de la performance de la identidad, al interpretar las obras musicales como propiedades relacionales impuras. A continuación, defiende contra varias objeciones una visión de las acciones compositivas como pertenecientes a la categoría ontológica de los procesos.